El último mito cosmogónico lo ha protagonizado la picassiana Alicia Sánchez Camacho, que tal y como desveló el diario El Mundo, tiene un hijo de Manuel Pimentel, el que fuera ministro de trabajo al comienzo de la era Aznar.
La presidenta del PP catalán, al parecer se sometió a un (costosísimo) tratamiento de fertilidad en 2005; y hoy, cuando es sabido que Método 3 la espió cuando chanchulleaba con la exnovia de Jordi Pujol Jr, ella misma hizo pública la paternidad biológica de Pimentel, para que no se le adelantase la empresa de detectives.
En su día excusó su “soltería” diciendo algo así como que se le iba a pasar el arroz. Ya saben que en la derecha, ser madre soltera no puntúa de una forma especialmente positiva.
Sánchez Camacho, que pese a haberse rehecho entera, no tiene gran calidad estética, a mí me recuerda a Jose María Aznar. El espacio entre boca y nariz es desmesurado, obsceno, provocador. Puestas a inseminarse (o a ayuntar sexualmente, gozar y mentir) yo lo haría con alguien de fisionomía parecida, para perpetuar los rasgos del PP, donde Aznar ejercería de dios Zeus, a partir del cual surgen ramificaciones de todo tipo. Su propia mujer, la alcaldesa de Madrid, acumula mitos y desgracias. Su cuñado anda implicado en cosas feas y su exministro Pimentel, ya ven, engendrando hijos por las entrañas del partido.
Otra que también ha renunciado a su naturaleza operándose de arriba abajo es María Dolores de Cospedal, que cual ménade danzarina, se inseminó igualmente hace unos años siendo soltera. Como está empeñada en eliminar cualquier vestigio plepeyo o simplemente humano añadió ese altisonante “de” a su apellido, porque Mariloli Cospedal, no sonaba con alcurnia.
En los mentideros habituales (foros de internet, por ejemplo) el populacho especula cual creyente en la mitología grecolatina con la propiedad del semen introducido en su manchega anatomía; y hay quien cree que el padre biológico es el extrabronceado Javier Arenas.
La mitología pepera, caprichosa y practicante de una pérfida doble moral, tiene reservada una historia mejor para con la inseminación de de Cospedal: el padre es su actual marido, Ignacio López del Hierro que en aquel tiempo estaba casado con otra.
Lopez DEL Hierro (¡lo que les gusta una preposición en el apellido a esta gente!) practicaba con solvente fortuna la política; y conforme fue robando, perdón, haciendo negocios inmobiliarios, fue creciendo en intensidad su relación con Mariloli, a la que simultaneaba con su mujer ante los ojos de Dios.
Para el PP, que es tan pro-vida y tan excluyente con las féminas solas, es mejor que una mujer harta de inyectarse bótox y vitaminas se insemine, a vivir el amor en plenitud. Cual diosa sibilina, ella tuvo que fabular una historia in vitro antes que admitir que su hijo Ricardito tiene un padre que está casado con otra.
Como en una buena tragedia, la mujer apostólica quedó despechada con tres vástagos y Lopez del Hierro y de Cospedal se unieron en matrimonio, no santo, pero bendecido por su partido.
Otro día les cuento cómo estas mujeres renuncian a su baja maternal ejerciendo de imposible espejo conciliador para las mortales. Cómo lanzan un mensaje mitológico que nada tiene que ver con los humanos y nuestros afectos. Otro día…
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