Madriz / Ideas y Entrevistas 18 de February 2016 por Irene Calvo Tweet · Share

El cuarto de invitados: arte en el salón de casa

Nueve recién licenciados en Bellas Artes por el CES Felipe II de Aranjuez, han creado un espacio expositivo en el salón de su casa, en Lavapiés, por el que ya han pasado Óscar Alonso Molina y el artista Abdul Vas. El día 27 de febrero inaugurará el artista urbano Dos Jotas de la mano de la comisaria Susana Blas.

El Cuarto de Invitados es un espacio expositivo donde un comisario invita a un artista para un proyecto in situ” –explica Juan Jurado, uno de los inquilinos de la casa que acoge el proyecto. Juan, junto a Valeria Cámara y Antonio Gómez, vive en la calle Mesón de Paredes, 42, 2ºA. Junto a otros seis compañeros –Marta Abril, Ciprian Burete, Víctor Gutiérrez, Milad Nouiouat, Francisco Javier Ruiz y Manuel Ruiz–, forman el colectivo que gestiona El Cuarto de Invitados. Valeria define el sistema de trabajo del grupo: “Nos organizamos en comisiones y puestas en común, es casi un sistema asambleario”.

Algunos de los integrantes de El Cuarto de invitados junto a Óscar Alonso y Abdul Vas.

El propósito de abrir un espacio expositivo ya había aparecido antes. Antonio recuerda: “Le estuvimos dando vueltas a la idea de alquilar una casa para convertirla en un espacio expositivo, pero al venir a vivir nosotros tres a este piso, con este espacio, vimos una gran oportunidad”. Y Juan relata cómo surgió: “Este salón fue un punto de encuentro al terminar la carrera: quedábamos aquí para hablar de nuestras piezas, para verlas e incluso lo utilizábamos como estudio. Nos dimos cuenta de que podíamos aprovechar el espacio mucho más y empezamos a pensar cómo lo podíamos activar. Así nació El Cuarto de Invitados. Preparamos la habitación, quitamos el gotelé y dejamos el espacio en blanco listo para empezar”.

El Cuarto de Invitados es un proyecto sin ánimo de lucro. Ni los comisarios ni los artistas perciben beneficios y no se vende obra. Se posicionan, por tanto, fuera del mercado: “Al no funcionar como una galería con gastos, como ferias o alquileres, no buscamos artistas que nos puedan reportar beneficios, sino otro tipo de proyectos más frescos o más innovadores. Hemos sustituido la parte comercial por la intimidad” –apunta Juan.

Abdul Vas trabajando en las piezas de We had the night.

Apuestan por una relación mucho más personal con los visitantes, pero también con los comisarios y los artistas, en gran parte porque es el salón de su casa y van a convivir con las obras expuestas y, por otro lado, por ser un proyecto fuera de los circuitos habituales del arte. Cuenta Antonio: “El hecho de que sea sin ánimo de lucro, que sea la iniciativa de unos estudiantes recién salidos de la facultad, querer fomentar un nuevo tipo de exposición, que también influye en la obra, que sea nuestra casa, un espacio íntimo que se abre... Es un cambio de paradigma, no es como una galería que entras, ves lo que hay y te vas. Aquí dejas tus cosas, te puedes tomar algo y charlar con nosotros”. No obstante, Valeria aclara que este tipo de gestión ya se ha puesto en marcha en otros lugares: “Es novedoso hasta cierto punto, existen espacios como El Salón de Ángela Cuadra, Halfhouse, Hidráulicas... La diferencia puede ser la forma de organizarnos, el método de comisario a comisario”.

Algunas piezas de We had the night, de Abdul Vas.

Óscar Alonso Molina ha sido el primer comisario de El Cuarto de Invitados. Ha comisariado la individual de Abdul Vas, We had the night. Alonso fue, además, profesor de todos los miembros del colectivo y les ha guiado y ayudado con el proyecto. Esta cercanía ha permitido que él haya sido el elegido para inaugurar la primera exposición del espacio, pero esto no volverá a pasar, no volverán a elegir a un comisario. A partir de este momento, cada curator invita a otro a participar en El Cuarto de Invitados. A su vez, el nuevo comisario propondrá un artista o artistas. Esta práctica les permite una regeneración constante, como comenta Juan: “Al venir un comisario que no conocemos, para nosotros también es una experiencia interesante. No nos involucramos en la elección, porque la responsabilidad de traer al nuevo comisario es del anterior, pero nos enriquecemos con la nueva persona que llega. Es una forma de romper con nuestros círculos y salir de una cierta endogamia”. Por esto mismo, los miembros del Cuarto de Invitados rechazan utilizar el espacio para exponer sus propios trabajos.

Algunas piezas de We had the night, de Abdul Vas.

El Cuarto de Invitados prevé editar un fanzine anual, a modo de memoria de actividades del espacio, con textos de los comisarios y colaboraciones de los artistas. Diseñado y autoeditado, bajo las premisas habituales de un fanzine en cuanto a distribución y precio, a no ser que reciban algún tipo de soporte económico ya que, aunque el proyecto es sin ánimo de lucro, están abiertos a recibir financiación, como premios o ayudas de producción. La razón es muy sencilla: “Con dinero tendríamos la posibilidad de llevar a cabo otro tipo de proyectos, ni mejores ni peores, pero diferentes” –afirma Juan–. Y añade Valeria: “Por ejemplo, si nos plantean un proyecto expositivo que requiere veinte monitores pues, ahora mismo, no podemos abarcarlo”.

Igualmente están abiertos a nuevas propuestas para desarrollar en el espacio, siempre y cuando estén relacionadas con el arte contemporáneo. Pero en El Cuarto de Invitados no quieren limitarse al método de comisario a comisario y adelantan: “Después del proyecto del tercer comisario vamos a hacer un parón. La siguiente exposición y el siguiente comisario serán elegidos pero sin fecha, porque queremos hacer una convocatoria abierta, con estos tres comisarios y nosotros como jurado”.

Óscar Alonso y Abdul Vas les pasan las llaves de El Cuarto de Invitados a Susi Blas y Dos Jotas.

De momento, el día 27 inauguran con Susi Blas, a quien Óscar Alonso le ha pasado el testigo, como comisaria de Cuarto semiamueblado", proyecto de Dos Jotas en el cual los inquilinos de El Cuarto de Invitados se han involucrado personalmente y aseguran que es un proyecto muy específico, que se extiende desde el barrio hacia el Cuarto.

Sobre futuros planes o acciones, no concretan nada pero tampoco lo consideran algo negativo. Antonio afirma: “Puede pasar de todo. La incertidumbre forma parte del estar aquí. No nos cerramos a nada”.