Madriz / Estudio 24 de January 2017 por Irene Calvo, Ángela Losa Tweet · Share

En el estudio de Antonio Fdz. Alvira, Blanca Gracia y Edurne Herrán

Los artistas multidisciplinares Antonio Fernández Alvira, Blanca Gracia y Edurne Herrán comparten estudio en el barrio de Argüelles, un espacio en el que las obras de Blanca, Edurne y Antonio conviven y crecen.

Un acogedor y amplio estudio se abre tras una pequeña puerta. El lugar tiene tradición como estudio de artistas, cuenta Antonio, y parece que lleva unos diez años dedicado a ser un espacio de creación artística.

"Llegué un par de meses antes que Blanca"- explica Antonio-. "Estaba buscando estudio porque había dejado el anterior y estaba trabajando en casa. Aquí estaba Guillermo Peñalver y él sabía que estaba buscando estudio, así que me avisó de que iba a dejar el suyo, por si me interesaba. Cuando vine y vi el espacio, decidí en el momento que me iba a quedar". Al poco tiempo se quedó libre la habitación de al lado y entró Blanca. Antonio y Blanca son los veteranos del estudio, llevan tres años en el mismo. "Acababa de volver de Londres y estaba trabajando en casa, pero necesitaba un sitio con urgencia" -recuerda Blanca-. Guillermo Peñalver me dio el aviso y, al igual que Antonio, cuando vi el espacio me encantó.

Desde hace cinco meses lo comparten con Edurne Herrán: "He estado a punto de entrar al estudio varias veces, pero siempre surgía algo. Esta vez se alinearon los planetas: en septiembre me planteé buscar un lugar para trabajar y precisamente se quedó libre un sitio en el estudio de Blanca y Antonio."

Tres artistas diferentes entre sí, tres maneras de trabajar y una sola forma de entender el estudio, como un espacio de trabajo: "La gente se sorprende cuando les decimos que no tenemos internet en el estudio, pero es que venimos a trabajar", afirman los tres.

Antes de llegar a este espacio de Argüelles todos habían pasado por diferentes estudios. En el caso de Blanca y Antonio habían compartido locales con mucha más gente y finalmente habían vuelto a casa. Antonio comenta: "Estuve en un estudio por La Latina, éramos doce personas en una nave sin sitios definidos. Yo necesitaba mi espacio porque mi trabajo es muy meticuloso y limpio, no podía estar moviendo todos los elementos cada vez que llegaba, así que volví a mi casa y trabajé allí un tiempo, hasta que llegó un momento en el que se hizo inviable". Los tres artistas han trabajado en casa en periodos más o menos largos y a ninguno le agrada la idea de trabajar en el propio hogar, Edurne explica: "No es sano, no al menos en la misma habitación. Otra cosa es que tengas una casa grande y puedas dedicar un cuarto a tu estudio.Distanciarse es bueno, porque te oxigenas". Y Antonio añade: "Cuando tienes un estudio la obra cambia mucho", puedes avanzar más. Tienes un espacio para crear, puedes extenderte, investigar, hacer cosas mucho más grandes… Y Blanca agrega: "Y más en un espacio como este, que puedes pintar sin miedo a ensuciar muebles, puedes hacer ruido sin molestar a los vecinos..."

El estudio, además de ser céntrico, es bastante espacioso, características que conquistaron a los tres creadores, especialmente a Blanca y Edurne que viven por el barrio: "Vivimos muy cerca y el hecho de levantarse y venir andando es muy importante" -apunta Blanca-. "Es cierto que por el mismo precio en otro barrio podría tener un espacio más grande, pero estar tan cerca de mi casa es una ventaja."

Sin embargo, para Antonio, que sí que tiene que utilizar el transporte público para llegar al estudio, el hecho de acudir al lugar de trabajo tiene otras connotaciones: "Para mí la distancia no es tanto como que el estudio te motive a venir, pero es cierto que soy muy disciplinado en ese sentido, sobre todo porque me estoy gastando un dinero que, si no vengo, no aprovecho. Además, estar en un espacio que te identifica, donde puedes recibir a alguien, y hablar tranquilamente, justifica mucho la inversión del estudio. Esta es mi “oficina” y siento que vengo al trabajo."

Edurne también razona el alquiler del estudio: "El estudio es un gasto, es dinero que te quitas de comprar materiales, por ejemplo, das una cosa por otra; pero no tienes miedo a crear algo grande porque tienes un sitio donde guardarlo. Hay veces que no haces determinadas piezas porque no tienes un sitio donde guardarlas." Para Blanca, el estudio es su segunda casa, de forma casi literal: "Vivo con mis padres porque estoy pagando mi estudio. Para mí es como si fuera mi casa, de hecho estoy más tiempo aquí que en la mía. Es una inversión."

Igual que están de acuerdo en que necesitan un espacio de trabajo, lo están en que no les agradaría tener un estudio para ellos solos, de hecho, Edurne, afirma: "Si no compartiésemos sería igual que estar en casa". Y Antonio confiesa: "Son tantas horas aquí, que solo no sabría llevarlo. Lo vería incluso peligroso porque a veces necesitas a alguien que te diga que tienes que parar. Los artistas que cuentan con un espacio grande para ellos solos suelen tener asistentes."

A pesar de que cada uno tiene su ritmo y su sitio de trabajo, comparten más que espacio: "Sin tener nada que ver lo que hace cada uno, sí que hemos notado cierta influencia en nuestras obras"-dice Blanca. Y es que son muchas horas trabajando al lado de otras personas, con las que conversan, comparten y aprenden y esto termina repercutiendo en sus obras, tal y como Edurne expresa: Pienso que si cambias como persona, tu obra cambia. También comparten momentos de estrés o de bloqueos mentales y ser conscientes de que no están solos ya es un apoyo psicológico: "El hecho de saber que cruzas la puerta y tienes un compañero a quien le puedes pedir su visión ayuda mucho" –admite Antonio-. Y Blanca apunta: "Hay muchas cosas con las que no te atreves y que el otro ha probado y te puede aconsejar. Que alguien te apoye en soluciones técnicas es muy importante."

En esta “familia” artística no cesan los proyectos. Blanca nos adelanta sus planes más inmediatos: "Participo en Generaciones 2017 de La Casa Encendida con un vídeo; inauguramos el día 2 de febrero y ha sido un proceso súper interesante porque me han dado la capacidad de poder hacer algo que no hubiera podido hacer en condiciones yo sola, que es un rodaje. Es un corto con la estética de las animaciones que suelo hacer, pero con vestuario, actores… Han sido once meses muy intensos de proyecto. Además, en febrero estaré en ARCO y en Casa Leibniz."

Allí también estará Antonio, que nos cuenta: "Estoy preparando unas piezas para ARCO y Casa Leibniz y terminando un año muy intenso, he tenido tres individuales, y una en Francia. Ha sido la primera vez que trabajaba en el extranjero y ha sido enriquecedor porque he aprendido a hacer todos los trámites: desde los embalajes hasta los seguros de las piezas. Ha sido muy positivo porque ha sido la oportunidad perfecta para dar una vuelta de tuerca a mi trabajo."

Edurne tampoco para: "Tras casi dos años y medio trabajando en este proyecto ya estoy preparando mi próxima exposición en el Centro Cultural Montehermoso, gracias a una beca de creación artística que me han concedido; se titula “Futuro Perfecto” y se inaugura el 10 de febrero. Después tengo una residencia de dos meses en Holanda y luego volveré a Madrid, donde tengo varios proyectos por confirmar."

Cerramos las puertas de este acogedor estudio mientras sus integrantes debaten si deberían buscar un nombre para el espacio, una identidad para el lugar, pero lo cierto es que ellos son la identidad del estudio.