Madriz / Ideas y Entrevistas 11 de April 2017 por Sergi Álvarez Riosalido Tweet · Share

Alberto Feijóo y la materialidad de la imagen

Nos encontramos con el artista Alberto Feijóo en el Museo Reina Sofía para ver la exposición sobre Bruce Conner, "Es todo cierto", la primera gran retrospectiva del artista que podrá visitarse hasta el 22 de mayo.

“¿Qué voy a amar si no es el enigma?”, se pregunta de Chirico. Alberto Feijóo toma la pregunta del artista, esta pregunta que abre a la infinitud de preguntas del enigma, de aquello que no deja atraparse, de esa imagen que, quizá, se toma pero no se entiende, que queda siepre a la espera de ser interpretada. Es esta pregunta la que permite llevar a cabo un acercamiento a la realidad como el que realiza Alberto Feijóo a través de la fotografía. De forma similar, sin una definición unívoca, la obra de Bruce Conner se presenta como “hermosa, horrible, bazofia, genial, dispersa, precisa” y como decía él mismo, es todo cierto.

A simple vista el collage y el assemblage, el trabajar con distintos materiales pero generando en todo momento imágenes complejas, el contraste de texturas y la materialidad de la imagen son puntos de unión entre Alberto Feijóo y Bruce Conner. En un proyecto como el de "Something We Used to Know", Alberto Feijóo trata la juventud, un paso vital superado que se recapitula, a partir de los recuerdos y trabajando con la imagen de una forma física. Capturas de pantallas de conciertos en YouTube se contrastan con bodegones, restos de un tiempo pasado, de una forma casi arqueológica, en la que cada imagen es sedimento de un tiempo distinto. Al final, todas esas texturas, recursos y géneros –bodegón, imagen digital, retrato, paisaje...– resultan fundamentales en los trabajos de Alberto Feijóo para tratar los años pasados.

Bruce Conner, sin estar inscrito directamente a la cultura beat, al arte pop ni a ningún otro movimiento artístico se puede considerar, sin embargo, que fue contemporáneo en el sentido que le da Agamben, siendo alguien que “contempla fijamente su tiempo no para percibir la luz sino sus sombras”. Esta sería propiamente la labor que lleva a cabo un arqueólogo, gesto que conecta con el trabajo de Alberto Feijóo. Esta postura que toma Bruce Conner le lleva a trabajar con grabados del siglo XIX y metraje de pruebas militares, con basura y películas de Hollywood, con fotografías hechas por él y con materiales de almacenes o objetos encontrados en mercados.

Sin duda, este gesto que comparten Bruce Conner y Alberto Feijóo hace difícil ya no sólo situarlos en un movimiento artístico respectivamente, sino definir el tipo de obra que llevan a cabo. En el caso de Alberto Feijóo, con la fotografía se produce una relación de acercamiento-alejamiento porque es evidente que la fotografía es central pero la forma de trabajar e incluso de exponer no es para nada lo que se esperaría de un fotógrafo convencional, como lo demuestra su proyecto "Two caves". Tampoco Bruce Conner es un artista usual: cada sala de la exposición "Es todo cierto" en el MNCARS es una nueva sorpresa (del dibujo al assemblage, del assemblage a la fotografía, de la fotografía al cine experimental). Y Bruce Conner recorre todo eso.

En cierto modo, algo que lleva a esto es un gran interés por la imagen como materia prima y el elemento material, a través del cual se puede acceder a una crítica de la cultura del consumo y el espectáculo. “La actitud de Bruce Conner tiene que ver con un posicionamiento muy punky” comenta Alberto Feijóo. Este aprovechamiento de las imágenes (desde el found footage hasta de los objetos encontrados) tendría que ver con una cierta ecología de las imágenes, sobre la cual ha investigado Ira Lombardía y Alberto Feijóo referencia.

Esta ecología de las imágenes tine que ver con ese espíritu de Vila-Matas, con el “hablar sobre nada” de Walser, un no desvelar nada nuevo aparentemente, una exploración de lo pequeño si se quiere, una no producción, porque suficiente se produce alrededor. Esta tensión entre la destrucción y re-construcción, entre pertenecer y renegar de la fotografía, conecta a Bruce Conner y Alberto Feijóo.

Muchas de estas imágenes provienen, siguiendo estas conexiones con Walser, de lo cotidiano, de objetos personales que evocan al pasado. Es difícil escapar de una cierta nostalgia ya que a pesar de que pueda haber un cierto carácter lúdico, tanto en Bruce Conner como Alberto Feijóo comparten este trabajo en distintas capas del tiempo, de un testimonio presente que ha padecido el paso de los años. No se trata en ninguno de los casos de hacer un trabajo de diario, sino que a partir de la vida diaria (de lo que ambos se encuentran en ese día a día) basta para plantearlo de nuevo, armarlo de distinta forma. Las primeras vanguardias ya experimentaron en esa dirección: Braque con los papier collé, Duchamp con los ready mades o las construcciones de Kurt Schwitters. Sin embargo, Man Ray sería un referente más cercano en la forma de trabajar, como sostiene Alberto Feijóo, ya que recopilaba objetos para documentar a través de la fotografía –o generando fotogramas, cosa que también hizo Bruce Conner, presionando su propio cuerpo sobre material fotosensible-. Esta reordenación, comenta Alberto Feijóo, pasa necesariamente por una toma de conciencia de lo que pasa en este día a día y al final esto se traduce, como en "Never say die!" –tomando el título de una canción de Black Sabbath–, en movimientos, estructuras, maquetas con medidas sacadas de su propia casa, materiales cercanos, etc.

La imagen contiene diversas temporalidades y es la unión a través de distintas imágenes que se generan temporalidades más complejas. Esto es muy claro en el proyecto "Rosetta" de Alberto Feijóo en el que, siguiendo una cita de Marguerite Yourcenar, el símbolo, la imagen –antes que las palabras–, toma un carácter casi sagrado. Esto lleva a Alberto Feijóo a preguntarse si la fotografía es o no lenguaje, si pueden elaborarse también discursos con las imágenes. Partiendo de la pieza expuesta en el British Museum de Londres, esta imagen se presenta como materialización de la memoria, como resto y persistencia, se toma como pedazo de una Historia en mayúsculas de la que sólo se pueden rescatar jirones. Y esa piedra es también enigma, este enigma con el que empezábamos, este enigma que abre infinitas preguntas y da un infinita libertad a cuestionar sin buscar respuesta necesariamente. Este interrogante, como el de Julius Koller, es el que tanto afectó a Bruce Conner presentado en el acontecimiento traumático de la muerte de JFK.

Este enigma plantea siempre un conflicto que es el de la dificultad de establecer límites (a la razón, al sentido, a la lógica) y confronta constantemente con lo desconocido. Precisamente esto es algo que valora Alberto Feijóo de un artista, y de Bruce Conner particularmente: ser radical, llevar a cabo un trabajo complejo, salir de lo conocido y forzar los límites de la comodidad. David Hockney, Gilbert & George o Isa Genzken, son algunos artistas que compartirían este mismo carácter.

Este conflicto se sigue perfectamente en Bruce Conner, un artista que quiso mantenerse en la contracultura y hasta en movimientos más ligados al punk retratando a Frankie Fix y conciertos de Crime. La música, destaca Alberto Feijóo en este punto, es fundamental para generar identidad así como la forma en la que marca una manera de estar en el mundo, un posicionamiento, una actitud que no estaría tan lejos de esa crítica que, tanto en Bruce Conner como en Alberto Feijóo, parte de este compromiso que nace al no poder apartar la vista del mundo, de no poder desligarse con la vida que pasa y el tiempo que corre. Ahí, en esa materialidad sujeta al tiempo, es donde el arte encuentra un campo de batalla.