Madriz / Ideas y Entrevistas 25 de January 2016 por Irene Calvo Tweet · Share

Blank Paper, amor por la fotografía

Hace diez años que se fundó Blank Paper Escuela, un referente de la fotografía a nivel mundial. Hablamos con su director y miembro fundador, Fosi Vegue, sobre la historia y la filosofía de esta escuela y colectivo.

El concepto “Blank Paper” nació en 2003 cuando Antonio M. Xoubanova, Mario Rey, Óscar MonzónFosi Vegue estudiaban fotografía en la Escuela de Arte 10. Este grupo de fotógrafos inquietos compartía clases y edificio con ilustradores y artistas gráficos, así que Antonio M. Xoubanova propuso crear un colectivo multidisplinar que agrupase a fotógrafos e ilustradores. Ahí surgió el colectivo Blank Paper, explica Fosi: “Por eso se llamó Blank Paper, era el papel en blanco a pintar o fotografiar”.

Clases abiertas por Manu Ridocci.

Sin embargo, el colectivo de ilustradores y fotógrafos no terminó de funcionar y Blank Paper pasó a ser constituido íntegramente por fotógrafos. Más tarde se unirían Julián Barón, Ricardo Cases y, en último lugar, Alejandro Marote, que fue uno de los primeros alumnos de la escuela.

Blank Paper se creó como respuesta a las necesidades artísticas de los fotógrafos que lo componen: “El colectivo es un espacio donde podemos hablar de nuestros proyectos personales con mucha libertad, ayudarnos los unos a los otros y crecer juntos, una conciliación entre amistad y nuestros diferentes intereses fotográficos que nos enriquece”.

Tres años después de la fundación del colectivo, Fosi planteó a sus colegas la creación de una escuela de fotografía: “Empecé a dar clases de fotografía en centros culturales y aprovechando la plataforma del colectivo, propuse crear una escuela. Todos son profesores de la escuela, aunque algunos con cierta intermitencia, cada uno tiene unas necesidades diferentes, pero seguimos evolucionando juntos tanto en la escuela como en el colectivo”.

Proyecto El Proceso. Un Universo Pequeño” de Antonio M. Xoubanova. Fiebre PhotoBook 2015. CentroCentro.

El modelo educativo de la Escuela se construyó bajo unas premisas muy claras: “Queríamos algo que nos hubiese gustado encontrarnos cuando estábamos estudiando. La formación que recibimos estaba basada en la técnica, en entender la fotografía como un oficio y entender el lenguaje fotográfico como algo sintético, poco profundo, sin necesidad de que el espectador interactuase con la imagen”.

Blank Paper se basa en el entendimiento del lenguaje fotográfico de una manera subjetiva, más allá de la técnica y de la historia de la fotografía como algo lineal porque, según Fosi, “la técnica es fácil, lo complicado es esto".

El “método Blank Paper” consiste en un sistema pedagógico basado en la cercanía con el alumno: “Hablamos mucho con nuestros alumnos. Al ser todos los profesores autores y tener procesos creativos, somos capaces de entender las necesidades del alumno. Queremos conocer sus debilidades y sus fortalezas para potenciar lo que necesita y acotar lo que le limita. Nuestro fuerte es el amor que tenemos por la fotografía y que somos capaces de contagiárselo a la gente”.

Montaje de la exposición del trabajo de los alumnos, La deriva.

Los primeros cursos de la Escuela eran cuatrimestrales y poco a poco se formó un curso anual que terminó siendo el “Máster de fotografía. Desarrollo de Proyectos” del cual salieron fotógrafos como Michele Tagliaferri, Federico Clavarino, Miren PastorAlberto Lizaralde o Arturo Rodríguez.

El profesorado es un equipo prácticamente invariable, aunque abierto a colaboraciones puntuales. Fosi admite que han encontrado su equilibrio, es una organización muy horizontal, se conocen y se complementan en la forma de trabajar de cada uno: “Somos pocos profesores y pocos alumnos, tampoco necesitamos mucha gente y no tengo interés en que la Escuela sea más grande”.

Tras trece años como colectivo, cada uno de los miembros ha desarrollado trayectorias y estilos diferentes, aunque todos tienen en común el trabajo local, desarrollando series que se localizan en el entorno en el que viven: “Queremos dar a entender que el asunto fotográfico está mucho más cerca, los fotógrafos que se van a otros países son dignos de admirar, pero nosotros no lo necesitamos. Se puede reflexionar sobre temas similares en nuestro propio entorno”.

La Escuela posee un programa de actividades, coordinado por Miren Pastor, que responde al concepto blankpaperiano de entender la fotografía como algo más que técnica, tal y como explica Vegue: “La fotografía entendida como apretar un botón sin más, me parece muy pobre. Hace falta generar un diálogo en torno al tema fotográfico.”

Exposición de Elisa González Miralles.

A través de las redes sociales, gestionadas por el fotógrafo y profesor de la Escuela Olmo González, que se encarga de la difusión y comunicación de Blank Paper Escuela, es muy fácil estar al día de todo lo que organizan. La Escuela expone entre tres y cuatro muestras al año, normalmente de autores noveles. También acoge actividades del proyecto Género y Figura. Por otra parte, existe una programación de cine, abierta a propuestas de alumnos u otras personas ajenas a la Escuela. Actualmente está en marcha un ciclo de surrealismo contemporáneo, “Eraserhead”.

Pero si en algo destaca Blank Paper es en su apoyo al libro de fotografía (¿se podrá decir fotolibro?). Ofrecen charlas y presentaciones de fotolibros y, de vez en cuando, se realiza una actividad llamada “Bookjockey”, –ideada por Bonifacio Barrio, colaborador de la Escuela–, en la que un fotógrafo invitado mezcla imágenes o ideas de fotolibros: un autor le lleva a otro, de una página salta a otra... El próximo bookjockey será con Fosi Vegue el miércoles 27 de enero a las 18:45 en CentroCentro, como parte de las actividades de Fiebre PhotoBook.

Fiebre PhotoBook 2015.

En consecuencia con su apoyo al fotolibro, en 2013 nació Fiebre PhotoBook: “Decidimos que ya era hora de que en España hubiese un festival de libros de fotografía. Así surgió, con la colaboración del colectivo MOB, Fiebre PhotoBook”. En su tercera edición, Fiebre se ha consolidado como un referente en el mundo del fotolibro y esto es un orgullo para Blank Paper: “Los editores y libreros que siempre han tenido que buscar vender online o en el extranjero, han encontrado un foco de compradores en España. Y nosotros estamos recibiendo propuestas internacionales. El feedback de la gente que ha participado ha sido siempre tan positivo que satisface mucho y es genial poder darle a alguien la oportunidad de desarrollar un proyecto gracias al Dummy Award".

El Dummy Award, un concurso de maquetas de fotolibros, en colaboración con Artes Gráficas Palermo. La maqueta ganadora es editada y distribuida, lo que abre una posibilidad: ¿será Blank Paper Escuela una editorial?: “La idea de montar una editorial de libros de fotografía nos ha rondado varias veces, pero nunca ha llegado a fraguar porque supone un esfuerzo bestial. No vamos a ser una editorial pero, de momento, seremos promotores y defensores del libro que gane el Dummy Award. En un futuro ya se verá”.

Visita guiada con los alumnos a Toledo.

Como parte de la celebración de los diez años de la Escuela, se ha renovado su oferta educativa, aumentando sus másteres a tres: “Desarrollo de proyectos”, “Creación de proyectos expositivos” y “Edición y producción de fotolibros”. Además, en 2008, Julián Barón aumentó la oferta formativa de Blank Paper Escuela en las sedes de Castellón y Valencia y más tarde puso en marcha la plataforma online, que se consolida, reforzando los cursos y actualizándolos.

En febrero inaugurarán una exposición en la Escuela, planteada como un recorrido por los diez años de Blank Paper Escuela, sus alumnos, profesores y la evolución de ellos como autores y Escuela. También durante el mes de febrero se realizarán unas jornadas sobre la fotografía desde un punto de vista reflexivo y subjetivo porque, como diría Fosi Vegue, si la fotografía consistiese sólo en apretar un botón, qué aburrido sería, ¿no?