Madriz / Ideas y Entrevistas 2 de September 2016 por Javier Yohn Planells Tweet · Share

5 bibliotecas para quedarse a vivir en ellas

Bibliotecas madrileñas que merecen una visita (o dos).

Qué lector no ha fantaseado con ello: colarse de noche, por una ventana, con la mochila y el saco de dormir al hombro y una linterna para leer en silencio rodeado de oscuridad. El olor a libros, las estanterías rebosantes… Os proponemos cinco bibliotecas cuya visita roza lo masoquista: acudir para quedarse embobado frente a los miles y miles de títulos bien colocados en las estanterías, sabiendo que aunque tuviéramos mil vidas, sería imposible leerlos todos.

1. La Biblioteca Nacional, claro

Es la primera de la lista, no podía ser de otra manera. La Biblioteca Nacional custodia casi 30 millones de libros, aunque muchos de ellos se encuentran en la sede de Alcalá de Henares. Por ley, debe guardar toda la producción editorial española, por lo que cada año se suman alrededor de 500.000 libros nuevos. Su monumental edificio, situado en el Paseo de Recoletos, tiene varias salas de consulta y también hay varias maneras de visitarla. Se puede hacer en grupo o individualmente y suele incluir la visita al museo de la biblioteca. Sin embargo, se disfruta más con el carnet de lector, en tu puesto de lectura, intentando superar las ganas de quedarte a vivir en un rincón.

2. Biblioteca de la Real Academia de Medicina

Es una de las grandes desconocidas de Madrid. Aunque no es de grandes dimensiones, merece la pena una visita, especialmente si, además, te interesa la medicina porque sus fondos constan de más de 100.000 volúmenes, especialmente de los siglos XVIII y XIX, y reciben las revistas médicas más importantes del mundo. Como en muchas bibliotecas, las estanterías simulan la madera pero en realidad son de metal para evitar que un incendio se propague. Se puede visitar como investigador o acudir a una de las visitas guiadas periódicas que realizan.

3. Biblioteca de las Escuelas Pías de San Fernando

Actualmente es un centro de la UNED, pero en su momento fue una escuela para niños pobres y en ella se fundó también la primera escuela para sordomudos de España. Esa es la cara del edificio, el lado bueno. La cruz es que perdió sus fondos bibliográficos durante la guerra contra los franceses y que fue saqueada e incendiada durante la Guerra Civil. Durante años quedó abandonada, pero en 2001 se comenzó su restauración y hoy en día debería ser de visita obligada, porque tiene una atmósfera muy especial. Ojo, sólo es posible en un horario que no moleste a los usuarios, es decir, a primera (9:15 a 10h) y a última (21 a 21:45h) hora.

4. Biblioteca del Ateneo de Madrid

Colocamos esta biblioteca aquí, en cuarto lugar, pero la posición no importa. Si importara, rivalizaría con la Biblioteca Nacional, porque posee una colección de más de 150.000 títulos, sobre todo del siglo XIX y principios del XX. Con sus escritorios decimonónicos, sus tres pisos de estantería y el olor a libro antiguo es como un pequeño cielo para los bibliófilos. Eso sí, a no ser que seas socio del Ateneo, tendrás que pagar 14 euros por un pase de una semana o 6 euros por un pase de fin de semana. No, no te puedes quedar a dormir.

5. Biblioteca Pública Municipal Ana María Matute

Muy bien que Madrid le dedicara una biblioteca a Ana María Matute antes de que la escritora muriera. Los homenajes, siempre mejor en vida. Muy bien, también, su construcción diáfana y luminosa, sobre todo en las plantas de arriba. Y muy bien sus vistas al Manzanares y Madrid Río. Claro, no tiene ese punto monumental de las anteriores ni puede rivalizar en número de volúmenes, pero lo compensa con servicios más modernos, incluidas una sala infantil y una mediateca. En su discurso de inauguración, Ana María Matute dijo que si no hubiera sido escritora le hubiera gustado ser bibliotecaria. También dijo que una biblioteca, para ella, era un lugar donde vivir. Pues eso.